En este proyecto se ha llevado a cabo la instalación de una planta solar fotovoltaica de 20 kW sobre la cubierta de un edificio de viviendas, destinada al autoconsumo de los servicios comunes de la comunidad. El sistema ha sido diseñado para ajustarse a las necesidades reales de consumo, a partir de un estudio previo de los perfiles energéticos, optimizando así la producción y el aprovechamiento de la energía generada.
La instalación utiliza una estructura basada en bloques de hormigón, que permite fijar los módulos sin perforar la cubierta, manteniendo la estanqueidad y asegurando una integración limpia y segura. Los paneles se han dispuesto con orientación este-oeste, una configuración que reparte la producción a lo largo del día y mejora la coincidencia con los consumos habituales del edificio.
El campo fotovoltaico está diseñado para alcanzar el equilibrio entre generación y demanda. De este modo, se maximiza el autoconsumo directo y se minimizan los excedentes.
Gracias a esta instalación, la comunidad reduce sus costes energéticos y avanza hacia un modelo más eficiente, sostenible y respetuoso con el entorno, aprovechando los beneficios de la energía solar en el ámbito urbano.